viernes, 28 de agosto de 2015

Artículo publicado en: abc.es

http://www.abc.es/deportes/motos/20150828/abci-joan-garriga-incomprendido-pons-201508281437.html#.VeDfxxe8Veg.facebook


Escrito por Tomás González-Martín
Joan Garriga: El hombre que vivió al límite
Si tenía el día genial, era el mejor. Superior a Sito. Pero no tenía continuidad. La moto era su otra droga, la vía de escape de un incomprendido
Joan Garriga ha muerto a los 52 años como él presagiaba. Siempre decía que moriría joven. Porque vivió siempre al límite y sabía los riesgos que corría. Casi podría decir que deseaba esta muerte, sobre la moto, haciendo una carrera individual solo contra el mundo. Era una buena persona incomprendida. Su adición a las drogas solo fue la búsqueda de un más allá, de probarlo todo en esta vida, porque corría como vivía, al borde del precipicio. Y él sabía que lo tenía al lado.
Era un piloto genial, mágico, talento puro que solo surgía cuando se encontraba totalmente centrado en montarse a la máquina y ser el mejor. Eligió el mundo de la moto para dar salidas a sus inquietudes maximalistas. La velocidad enfocó su carácter loco, de experimentarlo todo. Odiaba la vida convencional, tranquila...

 
Por eso tampoco le gustaba ser un piloto que pensara en los puntos y en ganar el Mundial haciendo cuentas. No entendía a su gran rival, Sito Pons, que era un enemigo calculador, frío, que sabía ganar y ser segundo cuando hacía falta. Garriga rechazaba montarse en la moto y hacer cuentas. Si se subía a las dos ruedas era para ganar. Y entonces luchaba al máximo para derrotar a su adversario. O ganaba o se caía. Siempre al límite.
Si tenía el día, Joan era imparable. Superior a Sito. Pero Pons era bueno siempre, en cada carrera. Garriga era mágico un día, dos, tres, nunca lo sería durante todo un Mundial. Y él lo sabía. Era el polo opuesto a su compatriota.
Su caída en el mundo de la droga era un paso casi esperado. Vivir al límite siempre genera la necesidad de encontrar nuevos límites. Estuvo una década en el Mundial, desde 1984 a 1993. Mucho tiempo después, quiso volver la mundo de la moto, pero su imagen de piloto que consumía drogas no era la idónea. Denunciado por tráfico de estupefacientes, su mayor problema fue que nunca dejó ese mundo. Y que seguía viviendo el límite a los 40 y a los 50 años. A los 52 ha caído, como él presagiaba. Subido sobre una máquina de dos ruedas.
Siempre fue un incomprendido. Solo le entendieron las motos y la velocidad sin límite. Pero ambas no hablan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario