Las motos le convirtieron en leyenda. Y en una moto encontró
la muerte. Joan Garriga (Barcelona, 52 años) sufrió un accidente el lunes por
la noche –al parecer, chocó contra una furgoneta– y, pese a su delicada salud,
luchó por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de
Barcelona hasta que falleció este jueves como consecuencia de las lesiones. El
mítico corredor pereció en el postoperatorio; había entrado al quirófano para
solucionar los problemas respiratorios que sufría a causa de las heridas
internas. Pero su cuerpo no resistió.
El ex piloto, campeón de España y de las 24 horas de
Montjuic –venció en ambos casos en tres ocasiones–, se ganó las simpatías de
los aficionados españoles merced a una temporada magnífica en la que peleó con
Sito Pons por el título mundialista de 250cc. Era 1988 y nacía una rivalidad
maravillosa que regaló al espectador carreras épicas. Como aquella en la que se
decidió el campeonato, la última cita de la temporada. Pons subió al podio y se
benefició de la caída de Garriga. Subcampeón, a la postre, y desgraciado fuera
de las pistas, el Comecocos, así le conocían por aquel entonces, no encontró su
sitio cuando dejó de competir.
Su adicción a las drogas marcó su vida tanto o más
de lo que lo hicieron las carreras. Fue detenido y procesado por tráfico de
drogas en 1998 y de nuevo se vio envuelto en una investigación policial por colaborar
con una banda que traficaba con estupefacientes –17 detenidos en total– este
mismo año. Su salud se había deteriorado seriamente en los últimos años, sobre
todo después de sufrir dos infartos de miocardio de forma consecutiva en 2013.
Ocurrió apenas unos días después de que fuera desahuciado. Las deudas con el
Ayuntamiento de Barcelona (unos 20.000 euros) le hicieron perder su casa,
valorada en un millón de euros y posteriormente subastada por apenas 250.000.
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